Desde una perspectiva ecológica, ¿Cómo evalúa usted la conservación de los recursos naturales en Venezuela?

Venezuela se destaca como uno de los países mega diversos del mundo, contando con una notable diversidad de especies y ecosistemas, que van desde cuerpos de agua hasta diversos pisos altitudinales que alcanzan incluso las nieves perpetuas a 5,000 metros de altura. Ubicado en un continente con una riqueza biológica extraordinaria, el país exhibe una variabilidad de paisajes que abarcan desde el escudo guayanés, con una antigüedad de 3-4 mil millones de años, hasta los llanos, el delta, la cordillera de la costa y la cuenca del Lago de Maracaibo. Esta diversidad ambiental se traduce en conjuntos únicos de especies y representa una gran fortaleza para Venezuela.

Sin embargo, lamentablemente estamos agotando esta riqueza natural de manera insostenible. Muchas especies, que solían ser abundantes, están siendo objeto de comercio y explotación, y sus poblaciones se encuentran en una situación alarmante de declive, a pesar de tener un alto potencial reproductivo. Por ejemplo, el chigüire, aunque tiene la capacidad de recuperarse rápidamente ante la sobreexplotación, está siendo explotado sin un conocimiento adecuado sobre su estado de conservación. Otro caso es el de la Baba, cuya piel está siendo explotada para satisfacer demandas básicas de la población, a pesar de que nadie realmente necesita cuero de baba para vivir.

Es una tradición en Semana Santa consumir chigüire, pero en Venezuela no estamos aprovechando su piel, a diferencia de lo que sucede en Argentina, donde se fabrica ropa de alta calidad con piel de chigüire. Es esencial que la población tome conciencia y se eduque en este aspecto, mientras que el Estado, los gobiernos regionales y las fuerzas armadas deben aplicar la ley y garantizar la protección de los parques y áreas naturales. Lamentablemente, en la mayoría de los casos, tanto las especies como los ecosistemas han experimentado un deterioro progresivo.

¿Cuál es el propósito de este proyecto?

El objetivo central de este proyecto es realizar un diagnóstico exhaustivo sobre la situación actual de los recursos del Parque Nacional y de las especies amenazadas, que aunque son comunes, podrían estar siendo sobreexplotadas, como es el caso de los manglares y ciertas especies de peces. Esto representa un perjuicio directo para la población, ya que se agota un recurso del cual dependemos. Es crucial capacitar a la población para que entienda el valor de los ecosistemas. Por ello, el objetivo es realizar este diagnóstico en colaboración con la academia y la comunidad local. El conocimiento de la población local es fundamental para evaluar el estado actual del Parque Nacional Laguna de Tacarigua.

En segundo lugar, se busca plantear preguntas fundamentales: ¿Cuáles son las razones detrás del estado actual de deterioro? ¿Cuáles son los factores económicos y sociales que contribuyen a estas amenazas? Por ejemplo, el hecho de que se talen manglares puede ser resultado de la necesidad de adquirir utensilios para el hogar y la cocina, lo que conlleva a la sobreexplotación de los recursos. Este diagnóstico debe ser llevado a cabo con la colaboración de expertos ambientales y en consulta con la población involucrada.

¿Cuál es la duración estimada del proyecto?

El proyecto tiene una duración prevista de 2 años, durante los cuales se realizará un diagnóstico exhaustivo del estado actual del Parque y se propondrán estrategias para mitigar las amenazas ambientales. Además, se brindará asesoramiento a las entidades gubernamentales en aspectos como la apertura de la boca de la Laguna de Tacarigua, supervisión de construcciones y su impacto en el ecosistema, tratamiento de aguas residuales, calidad del agua y otros problemas en los que podamos ofrecer ayuda y recomendaciones.

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El Profesor Luis Gonzalo Morales, durante el Taller de diagnóstico del Parque Nacional Laguna de Tacarigua, realizado el pasado 9 de noviembre. Foto Noticiencias UCV.