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EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
La eliminación de la discriminación, violencia, en particular el acoso laboral y sexual, y de las desigualdades, no solo económicas sino también las basadas en el género, edad, orientación sexual y discapacidad son elementos centrales para el desarrollo humano. Se discrimina siempre que se excluye o diferencia a una persona o grupo –sea cual sea la razón– se le cause una desventaja o se le restringen sus derechos y libertades. Se ejerce violencia cada vez que se usa la fuerza física o el poder, en grado de amenaza o efectivo, para lograr conductas no consentidas o para ocasionar lesiones físicas o psicológicas hasta incluso causar la muerte.
Dentro de las expresiones de la violencia, la de género tiene un carácter especial por los daños que le están asociados y porque se dirigen, de manera desproporcionada, a un grupo humano que constituye la mitad de la humanidad: las mujeres. Este tipo de violencia puede afectar a estas –también a hombres y a poblaciones sexo diversas– independientemente de su edad, condición social, raza o nivel educativo, en los diversos contextos sociales en que se desempeñan, sean estos laborales, deportivos o académicos. La violencia se ejerce no solo físicamente.

El Programa de Protección y Empoderamiento de la Mujer del Comité Internacional de Rescate reportó que de 2.923 casos que se atendieron en Venezuela en 2023, el 65% estuvo relacionado con un tipo de violencia de la que se habla poco: la psicológica o emocional, lo que convierte a Venezuela en el segundo país de América Latina, después del Perú con un 78%, en reportar mayor cantidad de casos de ese tipo de violencia.

Las universidades no escapan a esa realidad. Las mujeres experimentan diversas formas de discriminación y violencia basada en género, en particular acoso sexual y laboral. En su condición de docentes, la sufren por parte de sus compañeros de trabajo, supervisores e incluso de sus alumnos. También se han observado estas conductas por parte de alumnas y profesoras hacia personas de género masculino, por lo que, aun siendo un fenómeno menos común, no puede ser ignorado. De allí que estas instituciones estén llamadas a impedir esas prácticas y facilitar el acceso a ambientes seguros en el día a día.


En los últimos años los principales centros de estudios de educación superior en el mundo han tomado medidas dirigidas a proteger a su población vulnerable, mediante buenas prácticas que establecen roles y responsabilidades para prevenir, atender y sancionar la discriminación y la violencia, con particular referencia a dos formas de violencia: el acoso sexual y laboral.
Los espacios académicos venezolanos reproducen estereotipos culturales, patrones de abuso de poder, acoso u hostigamiento, conductas no consentidas de aproximación física o sexual, que perpetúan la violencia implícita y explícita e impiden o dificultan las denuncias. En este sentido, la comunidad ucevista demanda a sus autoridades políticas y protocolos de seguridad dirigidos a prevenir, atender y erradicar estas amenazas y riesgos.
En el curso del año 2023 el tema de la violencia, en especial la de género se posicionó en el debate público ucevista. Por un lado, surgieron papeles de trabajo sobre cómo prevenirla y enfrentarla por parte de algunas facultades; hombres y mujeres de diferentes grupos e instancias comenzaron a reunirse con fines idénticos. Ese esfuerzo cristalizó en un proyecto que fue presentado al Consejo Universitario en junio de 2024.
A partir del impulso de los diversos actores, esta instancia, representativa de las diferentes voces que constituyen la universidad y del significado que ella tiene en la sociedad venezolana, presenta a su comunidad un protocolo de actuación en casos de discriminación y violencia, cuyo fin último es la promoción de la sana convivencia entre sus integrantes.
Con este instrumento se busca establecer los roles y responsabilidades de los diferentes actores e instancias intervinientes en la prevención y protección, a lo interno de la universidad, en casos de discriminación y violencia a partir de los principios básicos de dignidad, respeto, igualdad, justicia, libertad y no discriminación que sustentan los derechos humanos. Se acompaña, para que forme parte de este protocolo como anexo, una definición de los términos que se mencionan a lo largo del instrumento, así como de los principios y enfoques que lo sostienen y guían.


En uso de las atribuciones que le confiere el artículo 26, numeral 21 de la Ley de Universidades vigente, el Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela, dictael siguiente, Protocolo de actuación en casos de discriminación y violencia en la UCV.

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