Valerie Jane Morris-Goodall, primatóloga y conservacionista británica cuyo trabajo con chimpancés transformó nuestra comprensión de los animales y de la humanidad, falleció por causas naturales a los 91 años mientras se encontraba en California, en el marco de una gira de conferencias por EE.UU., informó su instituto en un comunicado. «Los descubrimientos como etóloga de la doctora Goodall revolucionaron la ciencia y fue una incansable defensora de la protección y restauración de nuestro mundo natural», informó el Instituto Jane Goodall. Una historia ilustrada de propósito y determinación En el libro Me…Jane, el célebre caricaturista, autor y defensor de los derechos de los animales Patrick McDonnell, relata cómo la semilla de un sueño infantil floreció bajo la luz de una profunda dedicación, en la realidad de una vida con propósito. La protagonista de McDonnell no es Jane Goodall, la influyente mujer de la ciencia y la paz, sino la pequeña Jane, la niña de diez años que decidió irse a trabajar con animales en África cuando creciera y, pese a vivir en una época en la que no se motivaba a las niñas a vivir la vida de la ciencia o la aventura, a pesar de que casi todo el mundo le decía que era imposible, convirtió su sueño en realidad. Con ilustraciones sencillas y una elocuente economía de palabras, McDonnell comienza por el principio: el día en el que a la pequeña Jane le regalaron un mono de peluche llamado Jubilee. Me…Jane, que recibió el prestigioso premio “Caldecott Honor” y constituye una adición a los libros infantiles que celebran la ciencia y los científicos, es un tesoro inspirador de principio a fin. Apasionada por los chimpancés Goodall llegó a Tanzania en 1960 siendo una joven estudiante de secretariado. Cuando llegó al Parque Nacional Gombe Stream, tenía apenas 26 años y sin formación científica. No obstante, logró ganarse la confianza de los primates, lo que le permitió importantes descubrimientos. Pero lejos de ser una desventaja, ella y distintos expertos creen que la falta de una educación científica formal le permitió observar con mente abierta y desafiar los conceptos de la época. Fue la primera mujer en observar a los chimpancés fabricando y usando herramientas, lo que derribó la creencia de larga data de que esta labor era un rasgo exclusivamente humano. En concreto, los vio tomar ramas, sacarle las hojas y meterlas adentro de agujeros para «pescar» termitas. También descubrió que son omnívoros, que se abrazan, besan y hacen cosquillas, pero también aprendió la lección de que pueden ser agresivos entre sí. No obstante, los méritos de Goodall no estuvieron solo en lo científico: ella también acercó la naturaleza al público en general. De científica a activista global A mediados de la década de 1980, Jane Goodall había pasado más de 20 años inmersa en la investigación de los chimpancés, había obtenido un doctorado y fundó el Instituto Jane Goodall. Fue entonces cuando comenzó su transición de científica a activista. Escribió libros que se convertirían en éxito de ventas y participó en numerosas conferencias alrededor del mundo donde hablaba de sostenibilidad ambiental y bienestar animal. En sus viajes siempre la acompañó un pequeño compañero: Mr. H, un mono de peluche que le regaló Gary Haun, un veterano marine estadounidense invidente. Símbolo de resiliencia y esperanza, Mr. H estuvo con ella en más de 60 países. Hoy, la comunidad científica internacional y especialmente de la Universidad Central de Venezuela, reconocen su trabajo por el planeta y todos sus habitantes, dejando un legado extraordinario para la naturaleza y la humanidad. Con información de BBC Mundo y themarginalian.org Navegación de entradas La Facultad de Ciencias invita a participar en las XXXIV Jornadas Venezolanas de Matemáticas Dra. María Eugenia Grillet participa en hallazgo de una nueva especie de mosquito capaz de transmitir la malaria