Acto del LXVII Aniversario de la Facultad de Ciencias de la UCV En 1942, bajo la presidencia de Isaías Medina Angarita, comenzó el estudio para la construcción de una nueva sede para la Universidad Central de Venezuela que, para ese momento, funcionaba en el centro de la capital, en el hoy Palacio de las Academias. En 1943, se creó el Instituto Autónomo de la Ciudad Universitaria de Caracas con el objeto de poner en marcha el proyecto, cuya planificación recayó en el arquitecto Carlos Raúl Villanueva. En 1952 se inició la construcción del Aula Magna, diseñada en el estilo del clásico teatro greco-romano, con planta de un cuarto de círculo y techo en forma de abanico. En el interior de la sala se colocaron las Nubes Flotantes del escultor Alexander Calder cuyo efecto acústico la convirtieron en una de las salas de concierto más reconocidas del mundo, inaugurada el 2 de marzo de 1954. Justo, cuatro años más tarde, el 3 de marzo de 1958, el Consejo Académico de la Universidad Central de Venezuela, presidido por el Dr. Francisco De Venanzi, procedió a crear la Facultad de Ciencias, integrando las escuelas de Biología, Física y Matemáticas y Química. El ingeniero agrónomo y microbiólogo venezolano nacido en Ponce, Puerto Rico, el 6 de octubre de 1910, Diego Alberto Texera se desempeñó como el primer decano. Los intentos por crear la facultad se remontan al año 1946, cuando a petición del Dr. Luis Manuel Peñalver, vicerrector de la Universidad Central de Venezuela, se promovió la creación de una institución dedicada al estudio de las ciencias básicas. Estos esfuerzos desembocaron en el establecimiento del Departamento de Ciencias Naturales que luego se convirtió en la Escuela de Ciencias, y fue dirigida inicialmente por el Dr. Tobías Lasser y estuvo adscrita, en 1947, a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (actual Facultad de Ingeniería). Muchos docentes e investigadores visionarios fueron promotores de su creación, entre ellos, el Dr. Tobías Lasser, el reconocido matemático que realizó estudios sobre números poligonales y polinomios reducibles, Reimundo Chela, el botánico y conservacionista de la flora, Francisco Tamayo y Reclus Roca Vila, ingeniero que contribuyó al desarrollo de la educación científica, particularmente en el campo de la dinámica de fluidos. La Escuela de Ciencias inicialmente se dedicó al estudio de la fauna y la flora presentando marcada orientación hacia la Biología, hasta que en 1948 surge un proyecto para la creación de la licenciatura en Física y Matemática, que se concreta en 1956 cuando se decreta su creación. Durante la gestión del Decano, Rafael De León (asesorado de cerca por Manuel Bemporad quien fue su primer director), se creó la Escuela de Física y Matemática, y posteriormente originada en la Facultad de Farmacia (liderado por el notable profesor e investigador Warner Jaffé), se fundó la Escuela de Química. En 1961, se crea el Departamento de Cálculo Numérico en la Escuela de Física y Matemáticas, el primer jefe del Departamento fue Carlos Domingo. A finales de la década, en 1967 cambia el nombre a Departamento de Computación. En el año 1968 se crea la Licenciatura de Computación y se produce el cambio de nombre a Escuela de Física, Matemáticas y Computación, siendo Manuel Bemporad su primer director. Más adelante, en el año 1975 concluye esta ardua tarea de creación de la Escuela de Computación. Primera Escuela de Computación del país. En 1998 se produjo la separación de las Escuelas de Física y Matemática, durante la Dirección de la profesora Lisseta D’Onofrio quién además fue la primera Directora de la Escuela de Física y el profesor Pedro Also, primer director de la Escuela de Matemática. A partir de los orígenes enlazados con la Facultad de Ingeniería, inicialmente se constituye el Instituto de Química (en septiembre 1963), que luego se convirtió en el actual Instituto de Ciencias de la Tierra (ICT). El Instituto de Zoología Tropical (septiembre 1965), nació a partir de investigadores agrupados en el Museo de Biología de la UCV, actualmente Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET). Posteriormente, al plantearse la posibilidad de crear un instituto ligado a la tecnología de alimentos, luego de doce años de procedimientos, discusiones y espera finalmente, en enero de 1989, fue creado el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICTA) gracias a la gran gestión realizada para la reactivación de su aprobación, además del apoyo e impulso propiciado por el rector Dr. Luis Fuenmayor Toro. Más recientemente se creó el Instituto de Biología Experimental (IBE) (en julio de 1995) ambos extramuros, situados en Colinas de Bello Monte. Debemos mencionar también el Laboratorio de Fotografía, fundado en el año 1959 por el profesor Carlos Herrera, fotógrafo de indiscutibles méritos en nuestro país, conocido por introducir técnicas y materiales innovadores en la fotografía venezolana, como los bombillos de flash y las películas pancromáticas. Trabajó como retratista fotografiando a figuras importantes de la sociedad venezolana, incluyendo al maestro Vicente Emilio Sojo y al general Eleazar López Contreras. Su trabajo ayudo a modernizar la fotografía, histórica y artística, de Venezuela. Este laboratorio estuvo originalmente adscrito a la Escuela de Física y Matemática, pasó luego a ser parte del organigrama de la Escuela de Biología. El primer postgrado de la Facultad de Ciencias, con programas de Maestría y Doctorado, fue aprobado por el Consejo Universitario en 1974, constituyéndose en un proyecto interfacultades donde participaba el Departamento de Geología de la Escuela de Geología, Minas y Geofísica de la Facultad de Ingeniería, el Departamento de Química de la Escuela de Química y el Instituto de Química (actual Instituto de Ciencias de la Tierra) de la Facultad de Ciencias. La creación y organización original del Postgrado en Geoquímica estuvo a cargo de insignes profesores e investigadores cuya claridad y visión de futuro les permitió constituir este aspecto central para el desarrollo de nuestra institución. Carlos López Eyzaguirre, fue director del Instituto de Química con doctorado en el Colorado School of Mines-EE.UU., Claudio Bifano, doctor en Química en la Universidad de California, San Diego-La Jolla, Jean Pasquali, Armando Ramírez, Henry Briceño, entre otros. El proyecto que data de 1973, señala la necesidad de una considerable cantidad de revistas y de laboratorios costosos, sin embargo, estos requerimientos estaban esparcidos en distintas instituciones. Cabe destacar como rasgo importante, que no fue necesario tener todos los recursos, sino que se identificaron las facilidades donde estuvieran para poder usarse en el desarrollo del mismo. Esta postura abrió el sendero para la creación de otros programas de postgrado en nuestra facultad en los años subsiguientes. A partir de 1976 empiezan los estudios de cuarto nivel de Física, Matemática y Tecnología de Alimentos. En 1980 y 1981 comienzan los estudios de postgrado de Ecología y Química respectivamente, sucedidos por los de Biología Celular, Botánica y Zoología en 1983. En el año 1986 se crean los postgrados en Instrumentación y Ciencias de la Computación. En 1998 los de Física Médica y Modelos Aleatorios. Finalmente, en 2002 el de Geoquímica de Hidrocarburos. A finales de los años 60 se producen dos acontecimientos importantes de clara afectación a la universidad. El primero, el movimiento de renovación que irrumpe con gran fuerza en la Escuela de Letras y que se extiende por las distintas facultades; un movimiento que de alguna forma estuvo inspirado en el Mayo Francés de 1968. Se considera que la Renovación Universitaria comenzó a intensificarse a partir de 1968, con un punto álgido en 1969, bajo la gestión del rector Jesús María Bianco. La Renovación Universitaria fue un movimiento que buscaba transformar las estructuras académicas, docentes y de funcionamiento, que surgió de la percepción de que las universidades se habían vuelto obsoletas, burocráticas y estaban demasiado influenciadas por el sistema. Se produjo en un contexto de agitación social y política, tal vez teniendo en el recuerdo a la Reforma de Córdoba, ocurrida en 1918, en Argentina, antecedente fundamental de la universidad en América Latina. El segundo evento, ocurrió en el año 1969, durante el gobierno de Rafael Caldera, profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela. La UCV era un centro de efervescencia política y social, con una fuerte presencia de movimientos estudiantiles de izquierda, lo que generó choques con el gobierno. El 31 de octubre de 1969, el gobierno de Caldera ordenó la intervención militar de la UCV, conocida como la «Operación Canguro». Esta acción implicó la ocupación del campus universitario por fuerzas militares y la suspensión de las actividades académicas. Se produce al allanamiento de la UCV que por dos años la mantiene intervenida; Jesús María Bianco, el rector de entonces, renunciaría el 23 de octubre de 1970. En 1972 la Facultad de Ciencias se muda de la Facultad de Ingeniaría a las instalaciones de la Escuela Técnica Industrial de Los Chaguaramos, dibujada y diseñada por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva en la década de 1940. Pocos años transcurrieron para que el 18 de octubre de 1976, como un homenaje a los integrantes del Orfeón Universitario muertos en la tragedia de las Azores (archipiélago situado en el océano Atlántico, perteneciente a Portugal) se funda la Coral de la Facultad de Ciencias. La iniciativa contó con el impulso de Luis Segundo Jordán, profesor del área de microbiología y parasitología. Efraín Arteaga, músico caraqueño, asumió la primera dirección. Posteriormente, la dirección pasó a manos de Héctor Pérez Bravini, figura relevante en el panorama de la música clásica caraqueña, conocido por su labor al frente de El Concertino de Caracas. Luego, Eduardo Arias tomó la batuta, y actualmente, nuestro colega, músico y profesor-investigador de la Escuela de Física, Gabriel Abellán, dirige la agrupación. Desde sus inicios los trabajos de la Coral se han hecho merecedores del reconocimiento de la crítica musical venezolana, tanto en Caracas como en el interior del país y también se ha extendido internacionalmente. En 1997 participa en el III Certamen Internacional de Coros, evento celebrado en Argentina del cual se hizo acreedora del Premio Especial a la Mejor Interpretación de la Pieza Obligatoria. Fruto de esta victoria, la coral fue invitada a participar en el Certamen Internacional «Orlando Di Lasso» en la Ciudad de Roma, Italia, llevándose el Primer Premio y Medalla de Oro. La Coral siempre se ha caracterizado por mantener altos estándares de excelencia artística en todas sus presentaciones y gracias a ello ha logrado cosechar importantes triunfos en concursos, certámenes y festivales. La investigación ha tomado mucha importancia en la transformación de la sociedad, proporcionando respuestas cada vez más oportunas a las problemáticas en contextos cada vez más variados. Nuevas técnicas de análisis matemático, nuevas áreas en el estudio de materiales, innovaciones en técnicas de producción alimentaria, física aplicada, instrumentación, ciencia y tecnología de alimentos, estudios de nuevas tendencias estadísticas, matemática avanzada, manejos de datos, desarrollo de software especializado, sistemas inteligentes y de información, genética, microbiología, parasitología y virología, química analítica, etc., son solamente algunas de las áreas donde podemos potenciar los procesos productivos. La Coordinación de Investigación se crea en 1991 y la de Extensión en 1992 y dentro de sus misiones tienen la divulgación de la actividad científica y potenciar las relaciones interinstitucionales, asumiendo la proyección de la facultad en la sociedad. La Facultad se ha convertido en pilar fundamental de apoyo a la ciencia y tecnología del país. El conocimiento generado en nuestra Facultad es diverso y especializado, presentando un carácter multidisciplinario, esto gracias a la particularidad de la formación de los investigadores que forman nuestro personal docente. Con un legado de excelencia académica, la facultad ha graduado a más de 10.226 profesionales en sus diversas licenciaturas, quienes han contribuido significativamente al desarrollo científico y tecnológico del país. Además, la facultad ha sido un centro de investigación y formación de alto nivel, lo que se refleja en sus más de 1.804 egresados de los programas de postgrado, quienes han profundizado en sus conocimientos y han realizado aportes relevantes en sus respectivos campos de estudio. Nuevas Facultades de Ciencias, en casi todas las universidades del país, han sido gestadas por nuestros calificados egresados, facultades que reproducen la misión de investigar, educar y divulgar la ciencia en Venezuela. Nacido en Caracas el 12 de marzo de 1917, el Dr. Francisco De Venanzi lideró a la universidad en un período de notable expansión. Bajo su gestión, se consolidaron las bases de una universidad comprometida con el desarrollo nacional, el proceso de expansión universitaria fue enorme. Se formaron varios de los Institutos de Investigación en las diversas Facultades, también Escuelas, Centros, el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH), y posteriormente el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES). Esto demuestra su claridad e interés en el desarrollo de la investigación científica enfocada para el progreso y desarrollo de las naciones, y lo lleva a ser protagonista en la creación de una serie de instituciones que han sido pilares en la investigación científica en el país que además han mantenido una estrecha relación con nuestra facultad, compartiendo desde sus inicios propósitos y enfoques similares. Entre ellas, la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (AsoVAC), la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU) y la revista Acta Científica Venezolana. En palabras del propio De Venanzi: «Las tres misiones fundamentales de la Universidad, su papel en la formación del hombre para las actividades científicas, humanísticas o sociales, su contribución creadora a través del proceso de la investigación y su influencia cultural en el medio se han afianzado marcadamente». Por todo esto, no es momento para abatirse, ni desmayar en la legítima aspiración por alcanzar lo mejor. Se trata de encaminarnos juntos hacia una nueva propuesta de país. De ahora en adelante, queda de nuestra parte, seguir con la tarea de avivar y construir la ciencia para convertir a esta atormentada y herida Venezuela en una nación productiva, desarrollada científica, industrial y tecnológicamente, y así lograr su verdadera independencia y soberanía. Partiendo de estos conceptos se asume naturalmente la función social de contribuir a mejorar la calidad de vida del país. Hoy, académicos, investigadores, profesores, estudiantes, empleados y obreros, unidos por nuestro compromiso con la ciencia, conformamos esta semblanza, esta biografía, esta huella indeleble en la historia de nuestra grandiosa facultad. Es un privilegio y un gran honor ofrecer el saludo inicial en el Acto Central del LXVII Aniversario de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela. Deseo expresar un gran agradecimiento a todos los distinguidos miembros de nuestra comunidad, que desde hace muchos años contribuyen al fortalecimiento institucional. Ustedes son la Facultad de Ciencias, la honran merecidamente, por la diligente actividad académica que siempre han mantenido y desarrollado, de manera precisa y constante, en cada una de sus Escuelas, Institutos, laboratorios y Centros de Investigación. Les pido que continúen con esa actividad generadora de dar alegría, luz y esperanza en el futuro. Muchas gracias. Dr. Ernesto Fuenmayor Di Prisco Navegación de entradas Discurso del Decano Ernesto Fuenmayor, en ocasión de la Segunda Imposición de Medallas de Pregrado del año 2024 6/12/2024 Discurso del Decano Ernesto Fuenmayor Di Prisco, en ocasión del Encuentro con los Egresados en Ciencias. 27/03/2025