Escrito por: Martín R. Alvarez (malva@uesc.br)

Publicado originalmente en: BrazilianJournal of Mammalogy, 2025; v.94: e942025181. DOi: https://doi.org/10.32673/bjm.vi94.181

El 31 de mayo de 2025 falleció, en su tierra natal, Finlandia, el Prof. Juhani Ojasti. Para mí, fue y seguirá siendo un héroe científico. Uno de esos raros maestros que pavimentan un camino y dejan huellas tan profundas que no se borran, ni siquiera con el tiempo.

Nacido el 12 de abril de 1934, Juhani renació en Venezuela décadas después (1958), cuando se adentró en los Llanos para estudiar a los chigüires (Hydrochoerus  hydrochaeris) (Ojasti, 1973, reeditado en 2011) —a los que en Brasil llamamos  capibaras—. Comenzó a investigar esta especie hacia 1968, precisamente el año en que yo nací (Ojasti, 1968). Pensar que él ya estaba en los campos, observando los hábitos, las presiones y el potencial de uso sostenible de estos animales mientras yo aún era un recién nacido me llena de reverencia.

El profesor Dr. Juhani Ojasti en una imagen que resume su profundo vínculo con Venezuela: la bandera del país que adoptó como su hogar y, al fondo, un cuatro –un instrumento de cuatro cuerdas típico de los llanos venezolanos–, símbolo de la cultura que tanto valoraba.

Fue investigador, profesor y fundador del Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET) y del Museo de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Obtuvo el doctorado en la University of Georgia (EE. UU.) en 1978. En 2014, ya jubilado, recibió de la UCV su más alto reconocimiento: la Orden “Universidad Central de Venezuela”, otorgada por sus contribuciones a la institución en el campo de las Ciencias. Ojasti también tuvo gran influencia en la creación y administración de sociedades dedicadas a la mastozoología en América del Sur, siendo miembro de la comisión directiva de la SOLATER (Sociedad Latinoamericana de Teriología) en 1983. El año anterior, en 1982, ya había participado en la creación de AsoVEM (Asociación Venezolana para el Estudio de los Mamíferos), de la cual se mantuvo como socio activo.

Juhani desarrolló uno de los pocos planes de manejo de fauna verdaderamente sostenibles de América Latina. Un modelo que funcionó durante treinta años (Alvarez, 2011; Ojasti 1991) —y que solo un monstruo bolivariano consiguió desmontar, a pesar de ser tan sólido y exitoso—. Su obra maestra, Uso y manejo de la fauna silvestre en América Latina (Ojasti, 1993), es lectura obligada para todos los que piensan en la conservación con seriedad y responsabilidad. Una joya que sigue siendo actual y necesaria.

En 1997 viajé a Venezuela con el sueño de conocerlo en persona. Quería encontrarme con “el tipo de los artículos”. Todo lo que leía sobre capibaras en Argentina llevaba la firma de Juhani. No lo encontré en el IZET-UCV —estaba, una vez más, en Finlandia—, pero tuve acceso a su biblioteca. Regresé a casa con casi 30 kg de fotocopias, que sirvieron de base para la bibliografía de mi tesis doctoral en la UBA y que aún conservo en mi laboratorio en la UESC, en Ilhéus. Un verdadero tesoro.

Tuve el honor de conocerlo algunos años después, en 2007-2008, cuando trabajé en Venezuela en el proyecto FUDECI-FAO (Álvarez, 2011). Di una conferencia en presencia de dos gigantes: Juhani Ojasti y Eduardo González-Jiménez, pioneros en el estudio y manejo de los chigüires—. Uno, con una visión ecológica profunda de la vida silvestre; el otro, responsable de los primeros estudios sobre cría en cautiverio. Dos mundos que se encontraron, dos caminos complementarios.

De izquierda a derecha: Prof. Dr. Juhani Ojasti, Prof. Dr. Eduardo González-Jiménez y el autor Martín R. Alvarez, reunidos tras una conferencia sobre capibaras en Venezuela en 2007, durante el proyecto FUDECI-FAO.

El más justo y bello homenaje a él fue la elección del nombre Marmosops ojastii para una nueva especie de marsupial venezolano (García et al., 2014). Un reconocimiento a la altura de quien tanto contribuyó a la comprensión de la biodiversidad neotropical.  Además, en 2010 se realizó el Simposio Investigación y Manejo de Fauna Silvestre en Venezuela en homenaje al Dr. Juhani Ojasti (Machado-Allison, 2010).  

Ojasti trabajó con diversos grupos faunísticos de la región, y su pasión por América Latina era evidente en cada gesto. Aunque su enfoque principal fue el manejo de fauna (Ojasti 1991, 1984), colaboró también en iniciativas de manejo de capibaras y caimanes en Brasil (Ojasti, 1982). Además, dejó valiosas contribuciones en taxonomía y ecología de mamíferos neotropicales (Barreto et al., 1996; Bisbal & Ojasti, 1980; Cordero & Ojasti, 1981; Hernández et al., 1995; Linares & Ojasti, 1971, 1974; Mones & Ojasti, 1986; Ojasti & Linares, 1971), y describió la especie Dasyprocta guamara en el contexto de sus estudios sobre la sistemática de los agutíes (Ojasti, 1972).

Fuera del ámbito académico, también tuve el privilegio de algunos encuentros más informales. Juhani era amable, simpático, divertido. Contaba historias de sus tiempos de campo, de su trayectoria como biólogo en una época en que todo era más difícil —y quizás más hermoso también—.

Juhani se fue, pero su legado permanece. En los libros, en los artículos, en las especies que ayudó a proteger, en las ideas que sembró en tantos de nosotros. Fue, es y será siempre un prócer del manejo de la fauna silvestre en nuestra región.

Mi respeto, mi gratitud y mi eterna admiración.