Acto del LXVI Aniversario de la Facultad de Ciencias de la UCV

Desde 1946 se hacían intentos para crear en la Universidad Central de Venezuela una institución dedicada al estudio de las ciencias básicas. Su principal promotor, fue el médico y botánico Tobías Lasser a petición del Dr. Luis Manuel Peñalver, entonces Vicerrector de la Universidad Central de Venezuela. Estos esfuerzos desembocaron en el establecimiento del Departamento de Ciencias Naturales que transmutó luego en la Escuela de Ciencias, dirigida por Tobías Lasser y adscrita, en 1947, a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (actualmente Facultad de Ingeniería). Inicialmente se dedicó al estudio de la fauna y la flora presentando, una marcada orientación hacia la Biología funcionando más bien, como una Escuela de Biología, hasta que en 1948 surge un proyecto para la creación de la licenciatura en Física y Matemática que se concreta en 1956 cuando se decreta su creación. Durante la gestión del Decano, Rafael De León (asesorado de cerca por Manuel Bemporad quien fue su primer Director), se creó la Escuela de Física y Matemática, y posteriormente originada en la Facultad de Farmacia (liderado por el notable profesor e investigador Warner Jaffé), se fundó la Escuela de Química. 

En 1958, a pocos días de producirse la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, el Dr. Francisco De Venanzi, profesor universitario especialista en Endocrinología, destacado médico, académico y científico, es nombrado Presidente de la Comisión Universitaria, encargada de reorganizar la Universidad Central de Venezuela y de redactar el proyecto de Ley de Universidades, concibiéndola como una institución plural, autónoma y democrática. Así, en 1958, asumió el cargo de Rector, como resultado de las primeras elecciones realizadas en esta casa de estudios. El 3 de marzo de 1958, el Consejo Académico de la Universidad Central de Venezuela procedió a crear la Facultad de Ciencias, integrando las tres escuelas mencionadas que tuvieron nacimiento independiente y que constituyeron sus núcleos fundacionales. El profesor, microbiólogo, Diego Alberto Texera se desempeñó como el primer Decano.  En sus inicios la Escuela de Biología estaba organizada en siete Departamentos; actualmente está conformada por cinco: Biología Celular, Botánica, Ecología, Tecnología de Alimentos y Zoología. La Escuela de Química actualmente consta de tres departamentos: Química, Tecnología y Geoquímica. Hoy en día, además tiene sede en la Escuela de Química la Licenciatura en Geoquímica, nacida en 1996, producto de la alta experiencia acumulada en el Instituto de Ciencias de la Tierra.  Debemos mencionar también el Laboratorio de Fotografía, fundado en el año 1959 por el Profesor Carlos Herrera, fotógrafo de indiscutibles méritos en nuestro país. Este laboratorio estuvo originalmente adscrito a la Escuela de Física y Matemática, pasó luego a la Dirección de la Escuela de Biología.

A las tres disciplinas iniciales se agregaron luego la Escuela de Computación en el año 1968 y en 1998 se produjo la separación de las Escuelas de Física y Matemática, teniendo actualmente identidad independiente. Esto sucedió durante la Dirección de la Profesora Lisseta D’Onofrio quién además fue la primera Directora de la Escuela de Física y el profesor Pedro Also primer Director de la Escuela de Matemática. En 1974, se iniciaron los estudios de postgrado con la creación del curso en Geoquímica y a partir de 1976 empiezan los estudios de cuarto nivel de Física, Matemática y Tecnología de Alimentos. En 1980 y 1981 comienzan los estudios de postgrado de Ecología y Química respectivamente, sucedidos por los de Biología Celular, Botánica y Zoología en 1983. En el año 1986 se crean los postgrados en Instrumentación y Ciencias de la Computación. En 1998 los de Física Médica y Modelos Aleatorios. Finalmente, en 2002 el de Geoquímica de Hidrocarburos.

A partir de los orígenes enlazados con la Facultad de Ingeniería, inicialmente se constituye el Instituto de Química (en septiembre 1963), que luego se convirtió en el actual Instituto de Ciencias de la Tierra (ICT). El Instituto de Zoología Tropical (septiembre 1965), nació a partir de investigadores agrupados en el Museo de Biología de la UCV, actualmente Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET). Posteriormente, al plantearse la posibilidad de crear un instituto ligado a la tecnología de alimentos, luego de doce años de procedimientos, discusiones y espera finalmente, en enero de 1989, fue creado el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICTA) gracias a la gran gestión realizada para la reactivación de su aprobación, además del apoyo e impulso propiciado por el Rector Dr. Luis Fuenmayor Toro. Más recientemente se creó el Instituto de Biología Experimental (IBE) (en julio de 1995) ambos situados, actualmente, en Colinas de Bello Monte. 

En relación al contexto del país, a finales de los 60 se producen dos acontecimientos importantes. El primero, el movimiento de renovación por una transformación de la universidad, que irrumpe con gran fuerza en la Escuela de Letras y que se extiende por las distintas facultades; un movimiento que de alguna forma estuvo inspirado en el Mayo Francés de 1968, y de otras universidades en el mundo. El segundo, en el año 1969, durante el gobierno de Rafael Caldera, profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, cuando se produce al allanamiento de la UCV que por dos años la mantiene intervenida; Jesús María Bianco, el rector de entonces, renunciaría el 23 de octubre de 1970.

En 1961, se crea el Departamento de Cálculo Numérico en la Escuela de Física y Matemáticas, el primer jefe del Departamento fue Carlos Domingo. A finales de la década, en 1967 cambia el nombre a Departamento de Computación. En el año 1968 se crea la Licenciatura de Computación y se produce el cambio de nombre a Escuela de Física, Matemáticas y Computación, siendo Manuel Bemporad su primer director.  Más allá, será en el año 1975 que concluye esta ardua tarea de creación de la Escuela de Computación. Primera Escuela de Computación en Latinoamérica.   

En la Facultad de Ciencias, la investigación científica básica y aplicada fue la base fundamental sobre la cual descansaron sus estudios desde su fundación. Pronto, los requerimientos de la ciencia moderna, demandaron la creación de unidades de investigación cada vez más complejas e interactivas, algunas de las cuales se encuentran ubicadas dentro de las Escuelas y otras se han organizado en núcleos en Institutos y centros de investigación. Desde entonces, la Facultad se ha convertido en pilar fundamental de apoyo a la ciencia y tecnología del país. El conocimiento generado en nuestra Facultad es muy diverso y especializado, presenta un carácter multidisciplinario, esto gracias a la particularidad de la formación de los investigadores que forman nuestro personal docente. El egresado de la Facultad de Ciencias es un profesional capaz de enfrentar los problemas con una visión diferente, entiende cómo modelar, estimar, aproximar y escudriñar la realidad para poder descifrarla. Nuevas Facultades de Ciencias, en casi todas las universidades del país, han sido gestadas por nuestros calificados egresados, Facultades que reproducen la misión de investigar, educar y divulgar la ciencia en Venezuela.  

Es propicio, en estos momentos, recordar que durante el rectorado de Francisco De Venanzi, el proceso de expansión universitaria fue enorme. Se formaron varios de los Institutos de Investigación en las diversas Facultades, también Escuelas, Centros, el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH), y posteriormente el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES). Esto demuestra su claridad e interés en el desarrollo de la investigación científica enfocada para el progreso y desarrollo de las naciones, y lo lleva a ser protagonista en la creación de una serie de instituciones que han sido pilares en la investigación científica en el país. La AsoVAC (Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia), la APIU (Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria) y la revista Acta Científica Venezolana. En palabras del propio De Venanzi: «Las tres misiones fundamentales de la Universidad, su papel en la formación del hombre para las actividades científicas, humanísticas o sociales, su contribución creadora a través del proceso de la investigación y su influencia cultural en el medio se han afianzado marcadamente».  

Los que estamos presentes, académicos, investigadores, profesores, estudiantes, empleados y obreros de esta hermosa facultad son parte de esta historia. Es un privilegio y un gran honor ofrecer el saludo inicial en el Acto Central del LXVI Aniversario de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela. Deseo expresar un gran agradecimiento a los distinguidos participantes de este evento, reconocidos profesores, colegas y amigos que desde hace muchos años contribuyen a su crecimiento: Gilberto Payares del Instituto de Biología Experimental, Nancy Zambrano de la Escuela de Computación, Iván Escalona ex decano de la Facultad de Ciencias y profesor de la Escuela de Física, José Rafael “Chichi” León de la Escuela de Matemática y Deanna Marcano de la Escuela de Química. Ustedes honran merecidamente a la Facultad, por la diligente actividad académica que históricamente han desarrollado, de manera precisa y constante, desde hace muchos años, en cada una de sus Escuelas, Institutos, laboratorios y Centros de Investigación. Les pido que continúen con esa actividad generadora de dar alegría, luz y esperanza en el futuro. Agradezco profundamente la presencia en este acto del Profesor Humberto Rojas que aceptó actuar como moderador. Humberto Rojas es un profesor de mucho valor en nuestra institución Universitaria, por lo que desarrolla y contribuye para que la Facultad de Ciencias y nuestro país puedan progresar…  por el entusiasmo y la energía con que ha asumido todas sus actividades académicas, y por el sentimiento de compromiso que ha mostrado por nuestra Facultad y su gente.

La gran velocidad y avance del flujo de información, la aceleración de los procesos científicos, tecnológicos, sociales, productivos y económicos en el mundo, instala en la universidad la necesidad de interpretarse en su sentido más amplio, involucrándola y participando en los más diversos aspectos de vinculación con la sociedad, no sólo transfiriendo, sino creando soluciones al aparato productivo de la nación. Nuestra institución define su presencia e interacción académica mediante la cual la Universidad aporta a la sociedad, en forma siempre crítica, los resultados y logros de su investigación, y por medio de la cual, al conocer la realidad nacional, enriquece y redimensiona toda su actividad académica conjunta. En este punto es necesario agradecer a la Coordinación de Extensión de nuestra Facultad por la organización de la Semana Aniversario y lograr esa gestión académica acertada, alineada con las estrategias especificadas en nuestro plan estratégico.

Tratando de conservar lo mejor de esa corriente de pensamiento tan adelantado, de los fundadores de nuestra Facultad, entretejiendo los intereses de la ciencia con las necesidades de la sociedad, lo que ocurre hoy revela que una parte de los sueños de esos preclaros hombres se materializó. De ahora en adelante, queda de nuestra parte, seguir con la tarea de avivar y construir la ciencia para convertir a esta querida y atormentada Venezuela en una nación productiva, desarrollada científica, industrial y tecnológicamente, y así lograr su verdadera soberanía e independencia. Partiendo de estos conceptos se asume naturalmente la función social de contribuir a mejorar la calidad de vida de la nación. Las próximas Jornadas de Investigación y Extensión de 2024 se realizarán durante la semana del 13 al 17 de mayo, donde concentramos los productos y la generación de conocimientos realizados durante los últimos años. Lo que somos, lo que hacemos, lo que producimos, lo que enseñamos y aplicamos estará claramente retratado. Constituye una pequeña muestra de lo que es nuestra Facultad, de lo que creamos a pesar de las dificultades. Aquí lo tendremos expuesto, aquí estará, y aquí lo presentaremos. Desde ya, les extiendo a todos una cordial invitación para que participen en nuestras jornadas de investigación y extensión.

Somos la herencia de profundos visionarios, docentes e investigadores, académicos de alto nivel, que realizaron contribuciones admirables y emprendieron el camino de edificar y construir todo lo que hoy tenemos. Por esa razón, hemos asumido una gran responsabilidad, y por lo tanto nunca debemos que dejarnos abatir por el desánimo. El desaliento es otro enemigo que debemos desterrar. Debemos entender que los tiempos que vivimos son los que nos tocaron vivir y esto se puede percibir como una maldición o una ofrenda.  Los tiempos van a cambiar si tenemos la fortaleza de cambiarlos, pero tenemos que estar preparados para ello. Allá afuera existe un inmenso país, que espera las, apropiadas y certeras, respuestas que les debemos y la guía para elegir un nuevo rumbo. 

Durante años ha reinado en el país confusión y desesperanza, falta de claridad para promulgar proyectos de crecimiento, y para todos también una enorme tristeza. Es necesario reinventarnos para lograr enderezar el camino, usando nuestras fortalezas y así poder soslayar las dificultades que galopan sobre una Venezuela, que desde hace mucho tiempo, venía aporreada. Lo que nos ha tocado vivir durante los últimos años no puede trivializarse y es justamente por eso que ahora el papel del universitario se vuelve indispensable. 

Que el aroma de la esperanza sea tan fuerte que pueda desvanecer el olor del desaliento. Que este acto sea un punto de luz monumental, tan sencillo y contundente, que nos lleve a ensayar otra oportunidad de futuro. No es momento para abatirse, ni para desmayar en la legítima aspiración por exigir y alcanzar lo mejor. Se trata de encaminarnos juntos hacia una nueva propuesta de país. Es lo que pedimos y exigimos todos los días, aquí, en la universidad, y en la calle.

Debemos mantenernos enfocados, con disposición y claridad, luchando, para llegar a nuestro verdadero destino como nación, como ciudadanos y como universitarios.

Muchas gracias.